Evaluación Endoscópica de la Deglución - FEES
La Evaluación Endoscópica de la Deglución (FEES, por sus siglas en inglés) es un procedimiento diagnóstico no invasivo utilizado para evaluar la función de la deglución y detectar problemas en el paso de los alimentos o líquidos por la garganta. Este examen es esencial para las personas que experimentan dificultades al tragar (disfagia) y permite obtener información detallada sobre el funcionamiento de los músculos y estructuras involucradas en la deglución.
Preguntas frecuentes
El FEES es un procedimiento que se realiza utilizando un endoscopio flexible, un pequeño tubo delgado y flexible con una cámara en su extremo. Este dispositivo se introduce a través de la nariz hasta la faringe, lo que permite visualizar en tiempo real el proceso de deglución y examinar las estructuras de la garganta, las cuerdas vocales y la tráquea mientras el paciente consume alimentos o líquidos.
El FEES es una herramienta valiosa para identificar cualquier anormalidad o dificultad durante el proceso de deglución, como la aspiración (cuando los alimentos o líquidos entran en la vía respiratoria), la regurgitación o los trastornos musculares que dificultan la deglución adecuada.
- Disfagia: Dificultad para tragar alimentos, líquidos o saliva.
- Aspiración: Entrada de alimentos o líquidos en las vías respiratorias, lo que puede provocar tos, asfixia o infecciones pulmonares (como la neumonía por aspiración).
- Cambios en la voz: Ronquera o voz débil que puede estar relacionada con problemas de deglución.
- Trastornos neurológicos: Condiciones como el ACV (accidente cerebrovascular), enfermedad de Parkinson, o esclerosis múltiple, que pueden afectar el control motor de la deglución.
- Evaluación postquirúrgica: Tras cirugía de cabeza y cuello o tratamientos para el cáncer, para asegurar que la deglución no se vea comprometida.
El procedimiento de FEES es rápido, seguro y generalmente no requiere anestesia. Los pasos básicos son:
- Preparación: El paciente se sienta en una posición cómoda, normalmente en una silla o en una camilla reclinada.
- Introducción del Endoscopio: Un endoscopio flexible se introduce suavemente por la nariz hasta la faringe. La cámara permite observar en tiempo real el área mientras el paciente está realizando la deglución.
- Evaluación de la Deglución: Durante el examen, se le pedirá al paciente que trague diferentes consistencias de alimentos y líquidos (pueden ser líquidos, purés, galletas, etc.). El especialista observa cómo los alimentos se mueven a través de la garganta y si hay signos de aspiración o dificultades.
- Grabación y Análisis: Todo el proceso se graba en video para su análisis posterior, lo que permite una evaluación más detallada y precisa.
- Evaluación Directa: El FEES permite observar de manera directa la cavidad nasal, la faringe y la laringe durante la deglución, proporcionando información en tiempo real sobre cómo se realizan los movimientos y si hay alguna obstrucción o disfunción.
- Seguridad: Al ser un procedimiento no invasivo, no requiere radiación y es más seguro en comparación con otras pruebas, como la videofluoroscopia de la deglución (VFG).
- Identificación de Riesgos: Ayuda a identificar problemas que pueden poner en riesgo la seguridad del paciente, como la aspiración o la penetración de alimentos en la tráquea.
- Diagnóstico Preciso: Permite una evaluación detallada de los músculos y estructuras responsables de la deglución, lo que facilita un diagnóstico más certero y un plan de tratamiento adecuado.
No, la Evaluación Endoscópica de la Deglución no es dolorosa, aunque algunas personas pueden sentir incomodidad al tener el endoscopio en la nariz. Sin embargo, la mayoría de los pacientes experimentan solo una ligera molestia. Además, se puede aplicar un anestésico local en la nariz y la garganta para hacer que el procedimiento sea aún más cómodo.
El FEES es indicado principalmente para pacientes que muestran síntomas de disfagia, como:
- Dificultad para tragar o sensación de «atasco» en la garganta.
- Tos o asfixia al comer o beber.
- Cambios en la voz, como ronquera o debilidad.
- Historia de neumonía por aspiración o infecciones respiratorias recurrentes.
- Pacientes con condiciones neurológicas que afectan la deglución.